Ángela Lara Hernández. Diplomada en Nutrición Humana y Dietética
Ha llegado el verano y, con él, las tan ansiadas vacaciones. Preparar el destino vacacional, organizar los tours de visitas por las ciudades nuevas, preparar la nevera para echar el día en la playa o ajustarse bien la mochila para hacer infinidad de senderismos.
Pero ¿qué pasa si padeces enfermedad celíaca? Pues que además de todas esas gestiones y organizaciones también tienes que hacer una búsqueda exhaustiva de qué establecimientos puedes encontrar en tu destino de vacaciones donde comer de forma segura y con la confianza de que realmente sean opciones 100% sin gluten. Aquí es donde para la mayoría de familias con algún miembro celíaco se complica mucho la cuestión y donde debería haber tranquilidad, disfruta y relajación aparecen las preocupaciones, las inseguridades y la duda de si salir a comer fuera o mejor quedarnos en casa.
Es por ello que te traemos una serie de recomendaciones para que estas vacaciones sean perfectas, descanses y disfrutes de un verano sin gluten de manera segura.
- Haz una buena investigación del destino que has elegido para tus vacaciones.
- Infórmate e investiga si existe una asociación de celíacos para pedir información, consultar su página web o sus redes sociales para conocer qué establecimientos o de qué ofertas dispone la zona.
- Cuando comas fuera de casa.
- Comer en bares y restaurantes es parte de la diversión de viajar y descubrir las costumbres culturales y gastronómicas de la zona, busca información, consulta menús, platos sin gluten…
- No te quedes con dudas e inseguridades ¡PREGUNTA!
- Lleva una pequeña reserva de comida por si acaso.
- Evitar comprar productos que no te transmitan confianza (a granel o artesanales). Comprar en supermercados productos básicos para tener algo qué picar entre horas y no tener que esperar a encontrar el sitio que se adecue más a tus necesidades.
- Llevar pan o picos sin gluten siempre en la maleta.
La mejor opción es tener una buena planificación de las vacaciones, no esperar a ver qué nos encontramos sino ir con los deberes hechos. Aunque en muchas ocasiones puede suponer un gasto de energía extra cuando lo que estás es deseando de descansar y relajarte, es necesario para evitar malos ratos y visitas innecesarias al hospital o centros de salud.
Disfruta de tus vacaciones, descansa y sobre todo ¡CUÍDATE!
Foto de Mike Kenneally en Unsplash