adolescentes comiendo y bebiendo sin gluten

Gluten y adolescencia

Ángela Lara Hernández. Diplomada en Nutrición Humana y Dietética.


Sabemos que la dieta exenta de gluten es el único tratamiento eficaz para la enfermedad celíaca. En los diagnósticos recientes suele ser compleja la adaptación a la dieta, en muchos casos las personas celiacas recién diagnosticadas no tienen la suficiente información acerca de su enfermedad ni de los alimentos que pueden contener o no gluten. Suele ser un proceso hasta que lo interiorizan y lo aplican en consecuencia.

Si el diagnóstico y el tratamiento es complicado cuando se trata de una persona adulta, mayor aún cuando el paciente es un adolescente y su entorno familiar y social no es celíaco. La adolescencia se caracteriza por ser una etapa de cambios a muchos niveles, físico, psicológico, social… Si además de todos los cambios propios de la edad, le sumamos el diagnóstico de una enfermedad crónica que puede afectar a la forma de relacionarse con su entorno, la complejidad del tratamiento está asegurada. 

El hecho de que la enfermedad celiaca solo tenga como tratamiento la dieta sin gluten, hace que las personas adolescentes puedan ser menos estrictos en el cumplimiento de la misma y se permitan más transgresiones con las respectivas consecuencias que eso les acarreará.

Hay que hacerles especial hincapié en el ámbito social cuando éste no se produce en el entorno familiar. Quedadas con amistades de su edad, para salir a comer, cenar, merendar… puede ser el primer punto de conflicto, ya que la necesidad de no señalarse como diferente, la presión social y la relación oferta/precio en productos sin gluten complica el cumplimiento de una dieta estricta en esta etapa. 

¿Qué podéis hacer como padres? Lo primero y más relevante será asegurarse de que su hija o hijo sea consciente de la enfermedad y se le proporcione la información completa de la misma. No sólo en qué consiste y cómo evitarla, sino también las consecuencias en su organismo, cómo identificar los alimentos que puede y no puede comer… Pero no será lo único que deban de aprender. Saber decir «NO«, ante ofrecimientos de comida y alimentos que transgredan su dieta y anteponer su salud a lo que en ese momento puedan experimentar (sentirse avergonzados por tener que decir que tienen enfermedad celíaca, rechazar algo que les ofrece alguien especial para ellos, sentirse diferentes, raros…). Como herramientas para hacer seguimiento en casa, existen métodos para comprobar la adherencia a la dieta sin gluten como el gluten detect para también concienciarlos de la importancia de seguirla de una forma estricta.

Armarse de paciencia y comprensión, sabiendo que además de ser una edad complicada en la mayoría de las personas que vaya acompañada de una enfermedad crónica no ayuda a llevar mejor todos los cambios que están ocurriendo. En la actualidad, existen asociaciones para jóvenes con enfermedad celíaca que les ayudarán a conocer a personas de su edad en las mismas circunstancias, hablar con personas en su misma situación y con quienes sentirse identificados en cada parte del proceso.