niños y niñas diagnosticados de celiaquía

Niños y niñas diagnosticados de celiaquía. Consejos del manejo dietético

Ángela Lara Hernández. Diplomada en Nutrición Humana y Dietética

Sara Osuna de la Peña. Digital Content Junior


Sabemos que la única terapia eficaz para quienes padecen de enfermedad celíaca es una dieta libre de gluten. Esta es esencial y, sin duda, el componente más crucial del tratamiento para estos pacientes. Sin embargo, ¿qué pasa si el paciente es un niño o niña? ¿Cómo le explicas que no puede compartir la comida de sus amigos y amigas? ¿Qué va a comer diferente cuando estéis en cumpleaños y reuniones?

Desde la Red Sevilla Sin Gluten, queremos darte unas pautas a seguir sobre la adaptación y concienciación de la enfermedad en casa para los niños y niñas diagnosticados de celiaquía.

En los primeros días tras el diagnóstico, se recomienda que toda la familia haga una dieta exenta de gluten por varias razones:

  • Para evitar la elaboración de dos comidas diferentes evitando de esta manera, o al menos en gran medida, el contacto cruzado.
  • Para asegurarse de que el niño o la niña no se sienta diferente dentro del núcleo familiar, especialmente en los primeros momentos tras el diagnóstico.

A continuación, es fundamental asegurar el aumento de la calidad de la dieta. Debemos ajustar la frecuencia de consumo de frutas y verduras para favorecer la recuperación de la pared y mucosa intestinal. Esto permitirá restablecer la absorción completa de nutrientes lo antes posible.

Recomendamos fraccionar la ingesta en pequeñas cantidades varias veces al día, para evitar el exceso de alimento que podría ser transformado por la microbiota intestinal. De esta manera, se previene la aparición de diarrea y otros síntomas que afecten el estado nutricional.

Dar información al niño o niña de manera calmada y sin transmitirle inseguridades o alertas desorbitadas, siendo pacientes y aumentando el conocimiento de la propia enfermedad, es otra de las claves.

El control estricto de la dieta en pacientes de estas edades suele ser complicado, ya que en muchas ocasiones el gluten no siempre está presente de manera evidente en ciertos productos, sino que se encuentra enmascarado bajo nombres difíciles de interpretar. Debemos educar y enseñar a los niños y niñas diagnosticos a que, si un producto no tiene el sello de ausencia al gluten, no deben consumirlo.

Cuando el diagnóstico es en edades muy tempranas, la adaptación de la alimentación resulta más sencilla, puesto que habrá productos que todavía no haya probado. Sin embargo, cuando ya es un niño o niña de más edad, es crucial involucrarlos en el proceso de aprendizaje que los propios padres y familiares deben llevar a cabo. Se trata de una de las claves para el éxito en el manejo nutricional.

La respuesta en niños y niñas diagnosticados de celiaquía con una dieta exenta de gluten es muy gratificante y rápida. Desde la primera semana, se observan cambios significativos en el estado de ánimo, el apetito y, por supuesto, en la resolución de los síntomas. Además, se normaliza el crecimiento y la maduración sexual.