Ángela Lara Hernández. Diplomada en Nutrición Humana y Dietética
Es algo común en todas las familias que después de las navidades, con todas las comidas de ocio y celebración, los regalos, las cestas de navidad y todos los eventos que acompañan a las fiestas haya preocupaciones ante la llegada de la temida “cuesta de enero”.
Si bien es cierto que el aumento del precio en la cesta de la compra ha sido algo que nos ha afectado a todas las personas, esta subida se hace más patente cuando la cesta incluye productos sin gluten.
Los productos aptos para celíacos se caracterizan, entre otras cosas, por tener un precio mucho más elevado a sus análogos con gluten. Es por esta razón la persona con enfermedad celíaca se gasta entre 500 y 1.000 euros más al año en alimentos, ni qué decir tiene si en una misma familia (como en la mayoría de los casos ocurre) hay más de una persona celíaca, es entonces cuando este gasto se dispara.
Los productos sin gluten están destinados a personas con trastornos relacionados con el gluten como la celiaquía, la alergia al trigo o la sensibilidad al gluten no celiaca. Estos productos ofrecen alternativas a las harinas, pan, pasta y apetitivos sin gluten garantizando que las personas que tienen esta restricción alimentaria tan concreta pueda disfrutar de opciones adecuadas.
Es por esto que el mercado de productos sin gluten ha cobrado importancia debido al crecimiento de enfermedades que causan inflamación en el intestino y que provocan molestias, aunque no estén relacionadas con la celiaquía. Este hecho es el que atrae a nuevos consumidores a pasarse a estos productos para mejorar su salud.
Habría que tener en cuenta en este punto cuales son los factores y tendencias que están cambiando la perspectiva de mercado de productos sin gluten. Entre ellos caben destacar:
- Prevalencia de enfermedades crónicas. Como sabemos la celiaquía es un trastorno multisistémico crónico cuyo único tratamiento es la dieta exenta de gluten. Esto favorece al crecimiento del mercadon de los productos sin gluten ya que el número de diagnosticados aumentará sin que haya otro tratamiento alternativo a la dieta para los celiacos.
- Cambio en la conciencia del consumidor hacia una dieta más sana. La comunidad de consumidores recurren a alimentos sin gluten como único tratamiento efectivo a su enfermedad. Mayor conocimiento y conciencia de los estragos que una dieta, que no se lleve de forma estricta, puede suponer en su salud.
- Tendencia ascendente de la tecnología. Para prolongar la vida útil y atender a la demanda de productos sin gluten no hay más remedio que utilizar e incorporar nuevas tecnologías, técnicas y desarrollar la parte de I+D para conseguir aumentar las cualidades de los productos (vida útil, textura, sabor…). En consecuencia, las empresas invierten mucho dinero en nuevas formas de productos sin gluten que amplían su cuota de mercado.
Considerando estos factores, cabe animar a la persona celiaca que a la hora de hacer la compra haga una buena comparación de productos, buscando no solo la parte económica que será muy importante sino también la calidad del producto, ya que si empieza a formar parte de su alimentación habitual que tenga la mejor relación calidad-precio.
Sería interesante también tener en cuenta la posibilidad de elaborar sus propios productos sin gluten, un ejemplo podría ser el pan, las bases de pizza, las galletas o la pasta. De esta forma, se abarataría el coste del producto final.
Es una forma de ahorrar en los productos de consumo más diario par que así sirva de ayuda a la economía familiar de los celíacos que tendrán que tener una dieta estricta y específica de forma permanente.
Foto de Eduardo Soares en Unsplash