Celiaquía y otros trastornos digestivos

Magdalena Leflet. Diplomada  en Nutrición Humana y Dietética.


Como ya hemos visto en otras entradas del blog, los síntomas de la EC son, además de digestivos como extradigestivos, son muy inespecíficos y muchos coinciden con trastornos funcionales digestivos, como es el caso del síndrome de intestino irritable, o un sobrecrecimiento bacteriano, por ejemplo, lo que hace complicado el diagnóstico, por lo que es muy importante que el profesional médico realice una completa historia clínica para realizar un diagnóstico preciso. 

En muchas ocasiones se diagnostica la EC pero el paciente no termina de encontrarse bien a pesar de que tanto los anticuerpos como las lesiones intestinales van remitiendo con una correcta dieta sin gluten. 

Es normal que cuando se padece celiaquía se culpe al gluten cada vez que se presenta alguna sintomatología, pero puede darse el caso de que además de EC, estén coexistiendo otros trastornos o alteraciones. Síntomas como diarrea, estreñimiento, esteatorrea (grasa en las heces que provocan que estas floten), gases, reflujo, hinchazón abdominal, dolor, etc conviven con estos trastornos, por tanto, es importante que ante esta sintomatología se descarten otras causas que las estén provocando. Si no se han descartado y persisten los síntomas es importante acudir a un profesional de la salud para que realice las pruebas necesarias para dar con un diagnóstico de precisión y así realizar un tratamiento lo antes posible. 

Un ejemplo de estos trastornos puede ser el Síndrome de Intestino Irritable (SII), el cual, se diagnostica a través de unos criterios claramente definidos, como son dolor y un patrón deposicional en función de si hay más diarrea o estreñimiento (Criterios de Roma IV) y cuyo abordaje terapéutico debe realizarse mediante un correcto tratamiento tanto farmacológico como nutricional, al igual que otros trastornos funcionales, como el sobrecrecimiento bacteriano (SIBO). Además, estos trastornos pueden ir acompañados de déficits nutricionales como consecuencia de la malabsorción intestinal debido a la inflamación o la diarrea, y que pueden dar lugar a otros síntomas o signos como moratones derivados de un trastorno de coagulación por déficit de vitamina k, así como cansancio, mareos o anemias por déficit de hierro o vitamina B12, que requieren de suplementación y tratamiento. 

Por tanto, es importante que si persiste la clínica a pesar de llevar una correcta dieta sin gluten, valorada por un dietista-nutricionista, se realice un estudio médico completo para un diagnóstico más preciso.